«América Latina va a ser el refrigerador de China»

Publicado En: mayo 8, 2017Categorías: Sectoriales

«América Latina va a ser el refrigerador de China»

Eduardo Moraga, Cali/Colombia
Reportaje
El Mercurio

  • Experto en el agro oriental cree que los cambios políticos y demográficos que vive el mundo estrecharán en los próximos años los eslabones de la cadena agroalimentaria entre esas dos regiones, especialmente porque la demanda asiática crecerá más que su capacidad de abastecerla, lo que la obligará a buscar alimentos en el exterior, aumentando especialmente la búsqueda de productos más sofisticados.

Como si uno fuera el yin y otro el yang. Dos regiones complementarias en lo que se refiere a alimentos. Uno, América Latina, con una capacidad agrícola que está por explotar y otro, Asia, con una demanda desatada por carne, verduras y frutas.

Esa es la mirada de Siang Hee Tan, director de CropLife Asia, el gremio internacional que agrupa a las empresas de semillas y agroquímicos. El ejecutivo está a cargo de los temas reglamentarios en todo ese continente y tiene un panorama de la realidad del agro oriental, especialmente de China. Cree que los cambios políticos y demográficos estrecharán en los próximos años la cadena agroalimentaria entre América Latina y ese país.

De hecho, prefiere añadir una metáfora menos filosófica para explicar la relación. «América Latina va a ser el refrigerador de China. La capacidad de proveer alimentos a nivel interno, por diversas razones, no va a crecer tan fuerte como su demanda. Hay oportunidades no solo para la soya y el maíz, sino que para las hortalizas, frutas, carnes y lácteos, sin olvidar los vinos».

Siang Hee Tan visitó recientemente Colombia para dictar una conferencia ante agricultores de América Latina, en un seminario organizado por CropLife previo a la próxima reunión que realizará la Alianza del Pacífico en ese país, sobre el acercamiento que prevé entre Asia y América Latina.

Para el ejecutivo está claro que China no tiene capacidad para sustentar su propia población. Pone un dato sobre la mesa: el promedio de superficie por agricultor en ese país llega a solo media hectárea. Con esa área es muy difícil lograr las escalas de eficiencia necesarias. Por eso las autoridades de ese país están dando manga ancha para que los campesinos arrienden sus tierras a empresas más grandes, algo impensado hace un par de décadas.

Más aún, destaca que las autoridades china inyectarán US$ 450 mil millones con un horizonte de 2020 para modernizar la tecnología agrícola. El objetivo es llegar a 53 millones de hectáreas con alta productividad, especialmente en granos.

Para reforzar el cambio, en febrero de este año, las autoridades de Beijing redefinieron su política agrícola. «Se omitió toda referencia a la autosuficiencia en cultivos extensivos, un pilar de China en las últimas décadas. Se dieron cuenta que años de apoyar la producción de los principales granos, como maíz, trigo y arroz generaron un gigantescos stocks de materia prima sin mercado», señala el ejecutivo.

Siang Hee Tan explica que el año pasado China abandonó el sistema de precios mínimos en el maíz, mientras que se confirmó a fines de abril que se mantendría el apoyo al trigo y el arroz por este año. Las autoridades agrícolas, eso sí, afirmaron que los precios futuros estarían más en línea con el mercado.

-El objetivo de China es enfocarse menos en el tamaño de la cosecha y más en lograr que el sector agrícola esté mejor preparado para responder a las futuras crisis de abastecimiento a través de invertir miles de millones de yuanes en obras de riego, infraestructura rural y mejora de campos -sostiene Siang Hee Tan.

En ese escenario, los nuevos ejes de la agricultura china apuntarían a la calidad de la producción y a la competitividad de las empresas agrícolas.

Sin embargo, Siang Hee Tan cree que todo ese esfuerzo será insuficiente. El crecimiento de los ingresos hace que la población ponga presión sobre productos cada vez más sofisticados, que no pueden satisfacer los productores locales, por lo menos en el volumen que se requiere.

El ejecutivo pone el ejemplo del sector lácteo, en el que las importaciones chinas crecieron 40% en el primer cuarto de 2016. Luego de varios escándalos de productos adulterados, el prestigio de la producción local quedó por el suelo, lo que junto con el creciente consumo asociado al aumento de ingresos, ha gatillado la explosión de importaciones.

Donde es más notoria la conjunción de esas tendencias lecheras es en las ventas de fórmulas para bebés, en que China pasó de representar menos del 5% del consumo mundial hace una década, a ser responsable de cerca del 40% en la actualidad.

El impulso gourmet del mercado chino ayuda a explicar por qué las importaciones de quesos crecen a una tasa anual de 14% desde 2011.

Comercio electrónico, la nueva herramienta en China

Siang Hee Tan agrega el ejemplo de las cerezas chilenas como una muestra de la sofisticación de la demanda. «Es increíble cómo ha aumentado la demanda por un producto de alto valor. Es un ejemplo para América Latina del potencial del mercado chino».

-¿Por qué China está comprando más fruta?

-En parte porque la dieta de las personas, especialmente los más jóvenes, está cambiando en forma acelerada porque disponen de mejores ingresos. Los consumidores están buscando más frutas, en general, pues también la importación de frutas tropicales como el mango ha aumentado.

Por otro lado, Chile tiene una estructura de costos interesante que permite, junto a otros países proveedores, lograr un aprovisionamiento en todo el año, como en el caso de las cerezas.

-La capacidad de producir alimentos en América Latina está, como también sucede con la demanda china, sin embargo, ¿cómo se puede pasar de ese potencial a una realidad comercial concreta?

– Uno de los cambios que veo es que hay que potenciar que las empresas chinas tengan una participación más activa en la producción dentro de Latinoamérica, a la vez creo que los latinoamericanos tienen que ser más activos en el mercado chino, especialmente en el comercio electrónico.

El mercado chino va hacia consumidores que quieren contactarse directamente con sus proveedores latinoamericanos vía internet, quieren conocer de dónde vienen sus alimentos. Es un momento que ustedes tienen que aprovechar.

-¿Cómo evolucionará el comercio electrónico en China en los próximos años?

-Si miras las cifras, el consumo agrícola en China ya supera los US$ 300 mil millones, de los que solo el 3% es por comercio electrónico. Es un mercado que puede crecer en forma tremenda.

Por el lado de Latinoamérica, esa tendencia obliga a modernizar el comercio bilateral en términos de conexión de comercio electrónico, transacciones bancarias, crear plataformas y estructuras de exportación y aprovisionamiento.

-En América Latina, incluyendo recientes casos en Chile, se ha producido la llegada de inversionistas chinos en tierras agrícolas ¿Por qué se está produciendo ese fenómeno?

-Si controlo una compañía en América latina, puedo garantizar que me vas a vender a mí. Si hay un mercado abierto los precios pueden irse hacia arriba y puede suceder que no quieras venderme. Las empresas chinas quieren tener un mayor control, fortalecer su cadena de aprovisionamiento. Quieren construir una plataforma de largo plazo.

China representa el 40% del consumo mundial de preparados lácteos para bebés. Hace una década era el 5%.

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