Osorno se vislumbra como zona cerecera por excelencia

Publicado En: octubre 18, 2017Categorías: Sectoriales

Osorno se vislumbra como zona cerecera por excelencia

Victoria Guerrero / Diario Austral de Osorno
  • La provincia permitiría la producción más tardía del mundo, pues las cosechas se estarían desarrollando entre fines de enero y febrero. Terrenos han subido de precio por la llegada de inversionistas de la zona central. Se piensa incluso en conseguir una denominación de origen para la cereza que se produce en Osorno por su alto calibre y crunch.

     

El panorama agrícola del sur está cambiando. Las tradicionales imágenes de praderas con vacas pastoreando, siembras de raps, trigo o avena, están siendo reemplazadas por barbechos con pequeñas plantas de cerezos. Vislumbrando lo que será una zona productora de esta fruta considerada casi como un objeto de culto para el mercado chino, pues se regala como si fuera un anillo.

Según el Catastro Frutícola de 2016, el año pasado se registraron 44 hectáreas plantadas en la Región de Los Lagos, sin embargo, se espera sobrepasar las mil hectáreas esta temporada. Uno de los que está apostando por este fruto en la zona es la exportadora de berries Hortifrut, quien acaba de plantar 20 hectáreas de la variedad Regina en uno de los campos que tiene en la zona.

Tal como esta empresa son varias las exportadoras y agrícolas de la zona central que están llegando a invertir en esta plantación en la provincia de Osorno, pues se ha vislumbrado como una zona a contraestación más tardía del mundo, incluso más que la producción de Coyhaique o Chile Chico, en la Región de Aysén.

Para Andrés Valdivia, dueño del vivero Rancagua, en la zona ha habido un despertar de la producción frutícola muy potente. “Los cerezos, en particular, han tenido una explosión tremenda, pues pasamos de tener 200 hectáreas plantadas –de las cuales deben haber unas 100-120 productivas- a mil hectáreas el año 2018”, detalló el agrónomo.

Lo que se está buscando son lugares donde la producción sea lo más tardía posible, es decir, fines de enero y principio de febrero. “Alejarnos lo más posible de la fruta que se cosecha en la zona central. Eso se obtiene en los valles o en la cordillera”, explica Valdivia.

DESDE LA ZONA CENTRAL
Si bien en un principio se esperaba que estas plantaciones despertaran gran interés para los productores lecheros y crianceros de la zona sur y se convirtiera en un sistema productivo adicional al que ya estaban desarrollando, hay cautela entre ellos, mientras que los productores de la zona central están conquistando la zona.

“El fruticultor que se está atreviendo a plantar en la zona no es de Osorno, es gente que conoce del negocio y sus atractivos. El productor de acá no se está atreviendo y eso es algo que nos aflige. Hoy día la venta de todas estas plantas está en cinco grandes exportadoras”, comenta Valdivia.

Con el propósito de responder a este auge, la empresa agrícola Ferosor creó en febrero de este año una nueva unidad de frutales, que se centra su trabajo en las producciones de cerezo, arándano, avellano europeo y frambuesa.

En estos meses de trabajo, Francisca Álvarez ha visto que las empresas de la zona están plantando superficies menores, mientras que las firmas del norte apostaron por más hectáreas.

“Estamos tratando de inculcar al agricultor que tiene que ser un empresario, que debe diversificar su actividad. Hay productores que están entendiendo, es gente más innovadora que no le da miedo enfrentarse a este nuevo cultivo”, explica la encargada de la nueva Unidad de Frutales de Ferosor Agrícola.

Asegura que muchos están reacios a que la zona se abra a estas plantaciones, quizás por su desconocimiento, “pero el tiempo va a ir generando transformaciones como una necesidad, ya que hay condiciones económicas y climáticas que están cambiando. Ha habido una baja sostenida en el precio de la leche, el negocio de la papa es irregular. Entonces, hay que ver posibilidades de tener distintos rubros”, agregó.

Por su parte, el ingeniero agrónomo y jefe Zonal Sur de la empresa de venta de insumos agrícolas Compo Expert, Lautaro Ríos, indicó que se deben aprovechar las condiciones climáticas: “Osorno ha sido un epicentro de desarrollo, porque calculamos que hay muchos proyectos que están en ejecución”.

“Desde la carretera hacia el poniente hay más temperatura que desde la carretera hacia el oriente; las posibilidades de lluvia son más en el oriente que en el poniente, hay más humedad y mayor incidencia de cáncer bacteriano (principal enfermedad). Además, la posibilidad de lluvia a fines de enero también es factible”, detalló Ríos.

Esta plantación, a su vez, está generando un incremento en el precio de la tierra. Cristian Parra, director de Frutales Menores de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno (SAGO), sostiene que este aumento se ha vuelto tentador para los productores que están con problema de caja generado por el bajo valor de la leche que paga la industria.

“La hectárea se está vendiendo entre 8 ó 10 millones de pesos. Si bien el precio de la tierra siempre ha ido al alza, ha sido moderada y muy relacionada a las rentabilidades por hectárea, sin embargo ahora se ha inflado mucho el precio. Sacar esa rentabilidad solamente se puede lograr con cultivos altamente rentables y en este momento es la fruticultura. Hoy es imposible pagar esa inversión con leche o carne”, detalla Parra.

Aún así es más rentable invertir en el sur que en la zona central. El presidente de la Federación Nacional de Productores de Fruta (Fedefruta), Luis Schmidt, asegura que la tierra en la zona central tiene valores exorbitantes.

“En la Región Metropolitana prácticamente no se puede hacer fruticultura, porque una hectárea cuesta entre 50 y 60 millones de pesos”. Eso hace que se mire con mucho interés comprar tierras en el sur e invertir ese dinero en instalar protecciones contra el viento y lluvia, pues son factores muy gravitantes en la producción de cerezas. “Nosotros evidentemente que vemos esto con simpatía, porque se agrandará la temporada de fines de octubre a febrero. Es un factor positivo, pero también lo vemos con cautela”, indica.
Hoy día Chile exporta casi 650-680 millones de dólares en cerezas a China; el 85% de nuestra producción de cerezas se va a dicha nación y hay un período corto de cosecha, por lo que si hay problemas en este monomercado se puede complicar, por lo mismo apuesta a que se diversifiquen los destinos, donde el mercado japonés para él es muy atractivo.

Pero su trabajo gremial se complementa con sus actividades como productor cerecero de la zona de Curicó y también está viendo posibilidades de invertir en el sur, aunque más adelante, ya que por ahora está en una etapa de consolidación en la zona central, gracias al mejoramiento de su packing y mejor tecnología. “Sin embargo, siempre estamos evaluando la posibilidad. He visitado el sur para ver posibilidades, pero todavía no he decidido nada”, confesó.

Esta incursión en el sur va de la mano con el desarrollo de nuevas variedades, más resistentes a las inclemencias del clima. “Se están evaluando más opciones de variedad de cerezas a plantar. He visto cerezas en Puerto Varas, Osorno y Valdivia. Evidentemente que como es un tema nuevo se están probando nuevas variedades, de hecho, en algunos viveros están promoviendo algunas, pero todavía no puedo hablar de ello”, sostuvo el timonel de Fedefruta.

Incluso, en el Centro de Investigación Inia Rayentué –en la comuna de Rengo- el investigador y director del programa de mejoramiento genético de cerezos para Chile, Gamelier Lemus trabaja junto al consorcio Biofrutales en la creación de nuevas variedades de cerezos.

En la primera este proyecto se extenderá entre 2010 y 2020, donde se pretende proponer a la Corfo 5 ó 6 candidatos a variedad, para que se concreta una nueva variedad entre el 2023 ó 2024.

Según Gamadier, debe ser una que se adapte a algunas de las condiciones agroclimáticas del país. Para ello están evaluando resultados en el Norte Chico, Región Metropolitana, en O’Higgins, Los Ríos y Los Lagos, y eventualmente hasta en la Región de Aysén.

“Lo que buscamos es lo mismo que buscar los productores, es decir, un fruto grande, bonito, árboles productivos, que no enfermen con el cáncer bacteriano, que produzca lo antes posible, fruta resistente”, detalló el investigador.

Tienen 60 variedades que están siendo utilizadas como plantas madres, producen cada año alrededor de 4 mil hijos de todos esos cruzamientos. Esas plantas se instalan en distintos lugares para evaluarlas en los terrenos donde se esperan desarrollar.

“Para la zona sur estamos buscando padres buenos. Regina se siembra con mucho éxito y kordia también. Otras variedades poco famosas las usamos como padres para que se cosechen tarde”, detalla.

En este trabajo también se están usando polen que el investigador recolectó por Osorno, Gorbea y alrededores. “Hice una colección de cerezos que había en casas de productores. Los estamos usando como padres o madres cuando es necesario”, explica.

Otro de los trabajos para conseguir una variedad eficiente para el sur es el que está haciendo Viveros Rancagua, el cual si bien tiene plantas de dos años, también ofrece de nueve meses, la cual puede ser trasplantada en el huerto, aunque con un buen manejo. “Estas plantas al tercer año deberían estar entrando en una pequeña producción, para que al quinto y sexto año comiencen con una producción de 8-10 toneladas, llegando a su peak de producción”, explica Andrés Valdivia.

La planta de dos años es como un niño normal y la otra es una prematura que necesita cuidados especiales. Es decir, hay que tener riego, se debe hacer un manejo de herbicidas especial, lo que implica un manejo técnico mucho más especializado que el de una planta más adulta o tradicional.

Aún así ha dado buenos resultados. La Agrícola Giddings está apostando por éstas. Diego Contador, administrador del fundo “El Ciruelo” en Río Negro, comentó que usaron plantas de un año, las cuales si bien necesitan cuidados especiales, esperan tener buenos resultados ya que fueron instaladas en una zona de microclima, donde hay bastante agua y con temperaturas que son uno o dos grados más altos que en Osorno. Con ellos conseguirán tener cosechas a mediados de enero.

Asegura que decidieron invertir en esta producción porque es un negocio muy rentable para el mercado chino y porque tenían disponibilidad de terreno. “Plantamos 20 hectáreas de cereza de la variedad Regina y Kordia. Esperamos producir sobre 10 toneladas por hectárea. Está en estudio plantar un poco en los próximos años”, detalló.

CEREZA OSORNO
En sus inicios el agrónomo osornino Andrés Valdivia hizo su primera plantación en la comuna de San Pablo. Pretendía replicar el mismo sistema de trabajo de la zona central y por el clima cosechar entre enero y febrero, sin embargo los resultados no fueron favorables, ya que la cereza maduraba antes de lo planificado y además había poca agua para el riego.

Luego decidió trasladarse al sector de Cancura, donde hoy tiene 20 hectáreas de cerezas Regina. Este trabajo fue de prueba y error, ya que no conseguían tener los mismos rendimientos que en la zona central. De hecho, estuvieron a punto de cortar todos los árboles. “Ese huerto (en Cancura) se plantó en el año 1997. Es el que nos ha dado toda la información para salir a vender nuestras plantas. Hemos ido cometiendo errores tras errores, pero hemos ido aprendiendo mil cosas; porque siendo productores de la zona central no lográbamos dar con la variedad correcta para la zona y el portainjerto. Estuvimos con la motosierra puesta en los árboles. La forma de producir en esta zona es completamente distinta a la zona central”, confiesa este productor.

La experiencia de ese huerto les permitió tener la tranquilidad de tener una planta factible de producir en la zona, con estándares altos de rendimiento y calidad del fruto, incluso muy superiores a los de la zona central.

Según Valdivia, las diferencias de producción con la zona central están dadas por el clima, suelos buenos y por la alta disponibilidad de agua. Eso sí, necesitan de cuidados especiales. Es decir, son huertos que requieren techos para protegerlos del agua y granizos del verano. El manejo de la poda también es distinto, ya que acá existen huertos peatonales que permiten facilitar la cosecha y tener árboles más precoces.

Además, producir en Osorno permite salir a vender cereza cuando no hay en ninguna parte del mundo. “Osorno da producciones más tarde que Chile Chico. Por eso están llegando más productores acá. Están viendo el potencial de Osorno y no se están yendo al fin del mundo a producir cerezas. Acá es más fácil aún siendo difícil”, detalla Valdivia.

Tal es la confianza que existe en la provincia de Osorno que Viveros Rancagua está sumando más hectáreas. “En Cancura hay 20 hectáreas productivas. Ahora vamos a plantar otras 35 más, que se sumarán a las otras 34 hectáreas que hay plantadas en Las Quemas”, detalla Andrés Valdivia.

Además, trabajan para lograr –a largo plazo- una denominación de origen de la “Cereza Osorno”. Eso sería posible a través de una asociación o una cooperativa. “Queremos una Colún de la cereza, porque este fruto que se da acá es distinto. Y queremos salir a ofrecerla al mundo como una fruta especial. Al verla uno se da cuenta que es distinta”, comenta Valdivia.

“La cereza perfecta es la que ves colgando del árbol y esa se ve en Osorno”, indica el agrónomo Andrés Valdivia.

Sin duda, se vislumbra un gran futuro comercial para la cereza, la cual podría constituirse en el principal fruto de Chile. Hoy día es la uva, pero es probable que sea la cereza en unos 10 años más.

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