Tipificación de la Carne: competir con freno de mano

Publicado En: junio 25, 2017Categorías: Columnas

Tipificación de la Carne: competir con freno de mano

Sergio Willer Daniel. Director Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno, SAGO AG.
  • ¿Qué proponemos? Terminar de una vez por todas con la norma, dejando dos categorías de carne: de consumo e industrial.

Esta semana que termina, nuestro gremio asistió a la reunión de la Federación de Productores de Carne de Chile, Fedecarne, para expresar la urgente necesidad de poner término a la lacra de la Tipificación de la Carne por Cronometría Dentaria.

Somos el único país del mundo en donde esta norma tiene carácter de obligatoria, es decir, se nos aplican criterios por sobre la Ocde, pagados a precio de tercer mundo. No es casual que desde la entrada en vigencia de este cuerpo legal, la masa ganadera chilena haya caído a 2,4 millones de cabezas, con una pérdida de más del 40% sobre el mayor conteo del año 1997, aún cuando existe otra indiscutible causa vinculada al Tratado del Mercosur.

Si bien es cierto que el consumidor nacional prefiere nuestra carne, hoy en los supermercados, donde se vende el 77% de ésta, ella sigue siendo muy escasa. Esto se origina, además de nuestra baja masa ganadera, en el hecho de que el principal poder comprador sólo acepta en sus góndolas categoría “V”, lo que genera un rápido quiebre del stock que obliga al consumidor nacional a comprar carne de otras procedencias y dudosa rotulación.

La cronometría dentaria –edad del animal- determina qué carne es o no “V”. ¿Es la edad la que establece la calidad de este producto? Para nada, es más, en aspectos de calidad influyen muchos otros factores no considerados en la norma. ¿La oferta proveniente del exterior que se ofrece como “V” es tal? Tampoco. ¿Qué estamos haciendo como país al seguir adelante con esta normativa? Simplemente, obligar a los agricultores y ganaderos a competir con freno de mano. ¿Es eso culpa del Mercosur? No. Somos nosotros mismos los que nos hemos amarrado a estas reglas, otorgándole gratuitamente al retail una herramienta para castigar el precio de la carne y del ganado nacional.

La relación entre el precio del novillo y vaca (V/U) antes de la tipificación, era del 77%. Posterior a esta, cae al 63%, vale decir, 14% menos. Y si a ello le agregamos que el precio del novillo no se ha visto favorecido por la tipificación, SAGO ha logrado estimar que las pérdidas para los ganaderos por la aplicación de la tipificación son del orden de los 1.100 millones de dólares.

¿Qué proponemos? Terminar de una vez por todas con esta norma, dejando dos categorías de carne: de consumo e industrial, avanzando así hacia una normativa enfocada en las necesidades del  consumidor, por medio de parámetros objetivos a definir en conjunto con nuestros socios: la industria. Sólo así, aseguraremos un precio decente para animales adultos y una competencia leal con la carne importada, es decir, las mismas reglas con que juegan los demás países.

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