Lecheros de Nueva Zelandia se reinventan

Publicado En: diciembre 5, 2016Categorías: Sectoriales

Lecheros de Nueva Zelandia se reinventan tras la crisis

Luego de un par de años de malos retornos, esperan ver la luz al final del túnel en 2017. Fonterra subió las proyecciones del precio de la leche en 22% para el próximo año. Mientras tanto, crecen las exportaciones lácteas de productos de alto valor como leche UHT y fórmulas infantiles.

Al igual que los productores lecheros del resto del mundo, los neozelandeses han sido golpeados por el ciclo de bajos precios de los commodities en el último par de años. De hecho, según un reciente informe del USDA, la producción de leche en Nueva Zelandia debería cerrar en 21,3 millones de toneladas, lo que representa una caída de 1% respecto de 2015.

Esa caída se explica tanto por una reducción de la masa ganadera como por una baja en el uso de suplementos alimentarios, para bajar costos. De hecho, se espera que la producción neozelandesa caiga en un porcentaje similar durante el próximo año, debido al efecto de la reducción del número de animales.

Se estima que el último año fiscal neocelandés, que va de junio de 2015 a mayo de 2016, significó el peor escenario económico para los ganaderos desde 2003. Según el USDA, en promedio los productores perdieron US$ 0,96 por cada kilo de materia sólida producida. Se estima que un plantel lechero promedio registró pérdidas por cerca de US$ 143 mil el último año fiscal.

Sin embargo, por primera vez en bastante tiempo se ve la luz al final del túnel. Los precios de los remates del Global Dairy Trade subieron 33% durante el tercer cuatrimestre de 2016. De hecho, el USDA destaca que Fonterra subió sus proyecciones de precios para el año fiscal 2017 en 22% sobre el mismo período de 2016. Esto generaría que la mayoría de los productores de Nueva Zelandia llegue o esté muy cerca de tener números azules a mayo de 2017.

Menos vacas

Luego de varios años de ajustes, se estima que durante 2017 la masa ganadera lechera de Nueva Zelandia debería estabilizarse en 4,9 millones de cabezas, una caída de 1% respecto de 2016.

Sin embargo, un efecto positivo de esa reducción es que caerá la carga de animales por hectárea en las praderas, por lo que podrán ser alimentadas mejor. Debido a eso la producción debería mantenerse en rangos muy similares a los actuales el próximo año.

La posibilidad de aumentos muy importantes en el corto plazo, eso sí, está limitada por el arrastre de deudas bancarias por parte de los ganaderos neozelandeses. Se estima que usarían las holguras de 2017 para pagar sus compromisos financieros, más que invertir en aumentos de producción.

El USDA destaca que, en el último tiempo, los ganaderos se han vuelvo bastante más eficientes, como forma de enfrentar la caída en ingresos. Ese cambio permitiría una recuperación más rápida que al término de ciclos anteriores de malos precios.

En un horizonte de dos a cinco años, el escenario que se proyecta es de crecimientos anuales de 1% a 2% en la producción de leche del país. En 2018 o 2019 Nueva Zelandia recuperaría los volúmenes que llegó a generar en 2014.

La principal nube en el horizonte en términos productivos es el aumento de las exigencias medioambientales. Las autoridades buscan limitar la contaminación de los cursos de agua y de las napas por uso de fosfato y nitrato, base de la fertilización de praderas. Las nuevas normas ambientales para la zona de Waikato, que provee el 25% de la leche del país, implicarían un congelamiento de la superficie de praderas.

Productos más sofisticados

Más allá de que mejoren las perspectivas para los lecheros de Nueva Zelandia, la dura coyuntura de los últimos años impulsó un cambio estructural en la industria procesadora, controlada en su mayoría por Fonterra.

Tradicionalmente, los neozelandeses han apostado a tener los costos más bajos del mundo en producción de leche y así alimentar la exportación de commodities. Esa estrategia, por ejemplo, les permitió ser uno de los principales exportadores de leche en polvo.

Sin embargo, en el último tiempo las exportaciones más dinámicas han sido de productos de especialidad, como leche líquida UHT, deshidratados nutricionales, ingredientes para restaurantes y fórmulas infantiles. En este último tipo de producto, se nota la mano del mercado chino, pues Fonterra realizó un joint venture con Beingmate, para producir alimentos para recién nacidos destinado al mercado oriental.

La proyección del USDA es que, en cinco años más, los productos de alto valor deberían dar cuenta del 30% de las exportaciones lácteas de Nueva Zelandia.(E Y N, 5/12/2016)

 

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