No ensuciemos la leche

Publicado En: agosto 18, 2018Categorías: Columnas

No ensuciemos la leche

  • Estas guerras sucias pueden generar daños de largo plazo que debemos detener a tiempo y de manera categórica.
Por Christian Arntz Mac-Evoy, presidente Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno, SAGO A.G.
Cuando hablamos de aceptar las reglas del juego –Chile economía abierta al mundo donde podemos exportar e importar todo tipo de bienes- incluimos el cumplimiento de estándares como la correcta información referente al origen de la leche, tal como, por ejemplo, ocurre con la carne.
Es con estas reglas que las plantas son libres de adquirir la leche donde estimen -mercado interno o externo- y será el consumidor quien decida. En este contexto, debe valorarse el primer esfuerzo realizado por empresas que de manera proactiva y sin esperar el resultado de proyectos presentados por parlamentarios, han decidido poner en la cara principal del producto, con un tamaño adecuado, si la leche es reconstituida o no y, además, una breve explicación de qué significa la expresión “reconstituida”.
Es lamentable, sin embargo, que hoy sólo hablemos del mercado interno, cuando tenemos todo para ser una potencia en el mercado internacional. Esto se debe a la miopía de la industria nacional, fácilmente constatable al analizar que si bien el consumo per cápita aumenta año a año, hace una década que nuestra producción se encuentra estancada en alrededor de 2 mil millones de litros. Así, aún teniendo el potencial de producir 15 mil millones y exportar, hoy somos importadores netos de lácteos.
En este escenario donde las empresas se han quedado en la comodidad del pequeño mercado interno, Colun es la gran excepción que crece gracias a su modelo cooperativo y muestra que es posible desarrollar las potencialidades de este sector si se unen los principales interesados, los productores.
Ahora bien: ¿qué tiene que ver toda esta discusión instalada en redes sociales? Contrario a lo que circula, la leche en polvo sí es leche y cumple con la norma sanitaria. De hecho, cuando hemos exportado lácteos chilenos al exterior lo hemos hecho de esa manera… ¿acaso usted no ha tomado este producto en polvo o no se la ha dado a sus hijos? Por otro lado ¿De dónde surgió aquello que las trasnacionales que importan leche buscan la “destrucción de los agricultores”? Por supuesto que el ataque al modelo cooperativo hecho por empresas como Watt´s y Soprole es condenable, pero hay que mantener las proporciones. Las guerras sucias pueden generar daños de largo plazo que debemos detener a tiempo y de manera categórica, para evitar la confusión entre los consumidores que termine afectando el crecimiento sostenido que experimenta la preferencia por los lácteos.

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